viernes, 15 de julio de 2016

Mi primer positivo...

Hace dos días nos dieron el resultado de nuestra tercera transferencia, la segunda por privado. El 13 de julio era el día de nuestra beta, pero antes de ir a la clínica decidimos hacernos un test de embarazo.

Hace dos días por primera vez ví una sombra en lo que tendría que ser la segunda rayita que confirma el embarazo. Era una sombra casi imperceptible, pero yo sabía que estaba ahí. No era gran cosa pero era algo, un pequeño rayo de esperanza, aunque fuera pequeño y tan frágil como una fina pompa de jabón.


Con esa sombra en la cabeza nos fuimos a la clínica a hacernos la beta. Yo sabía que iba a dar positivo, pero temía que fuera un positivo bajo, un SÍ PERO NO. Y así fué. Mi primer resultado positivo fue una beta de 15. Un valor nada alentador, todo apuntaba a un aborto bioquímico. Nos dijeron que volviéramos al de 48 horas para repetir el análisis, y eso hemos hecho hoy.

Resultado... NEGATIVO. Se confirma el aborto bioquímico.

Nuestros pequeños lucharon por quedarse, se implantaron, pero no ha podido ser. Una vez más nos toca perder. Una vez más la vida y el corazón se nos rompen. Una vez más no tengo palabras para describir cómo me siento.

Cuando tenga fuerzas editaré esta entrada y os contaré mejor cómo ha sido todo. De momento la cabeza no me da para más, pero quería que lo supiérais.



P.D: Hoy, 15 de Julio, se cumple un año exacto desde que escribí este post. Hace doce meses, 365 días, tuve uno de los negativos que más me dolió, el de mi tercera inseminación artificial. Quién me iba a decir a mí que un añó después iba a estar, todavía, así.

martes, 5 de julio de 2016

Tocada, pero no hundida

Eso nunca, ni hundirse (al menos no más de lo estrictamente necesario), ni rendirse. A pesar de las muchas heridas de guerra, a pesar de que nos caigamos una y otra vez, siempre volveremos a levantarnos, a emerger de las oscuras profundidades de la infertilidad, para volver a luchar por lo que más queremos. Esos pequeñ@s que todavía no han nacido, pero que ya sentimos como nuestros, porque de alguna forma sabemos, que, en la distancia, desde lejos, nos están sonriendo.

"Puede que no hayamos llegado todavía a ellos, pero estamos más cerca que ayer"



Así que aunque esté desaparecida, no penséis que me he rendido. No. Sólo necesito desconectar un poco de todo esto y tomarme este nuevo ciclo de otra forma, sin tener todo el rato en la cabeza que soy una infértil con todas las letras.

Hoy he decidido hacer un alto en esta etapa de desconexión para contaros cómo voy con eso de la transferencia en ciclo natural. La verdad es que ha sido todo muy sencillo, ha ido rodado. Os voy a contar mi experiencia, que como el posesivo indica, es la MÍA. Ya sabemos todas que cada mujer es un mundo y, como siempre, lo que a una le funciona, a otra no. Pero a lo que iba, mi caso particular ha sido de diez, al menos hasta ahora.

Prepararse para una transferencia en ciclo natural significa no medicarse para que el endometrio crezca, eso es lo que se hace en el llamado ciclo sustituído. Las diferencias más básicas serían éstas:

  • En el ciclo sustituído a los pocos días de la regla se empieza con las pastillas de meriestra o los parches de evopad. Lo que se administra es estradiol para hacer que el endometrio crezca de forma artificial. Se busca además evitar la ovulación, en caso de que durante los controles se viera algún folículo, habría que cancelar el ciclo.
  • En el ciclo natural nos olvidamos de la medicación. Simplemente dejamos que nuestro endometrio crezca a su ritmo, como en un ciclo normal, de forma totalmente natural. Asímismo, hay que controlar la ovulación y eso supone hacer más visitas a la clínica para ver cuál es el folículo dominante, cómo crece y cuándo está listo para ovular. Cuando llega ese momento, hay que pincharse el famoso Ovitrelle, esto es simplemente para asegurarnos cuál es el momento de la ovulación. El peligro de este método es que el endometrio no crezca y se tenga que cancelar el ciclo, pero eso también puede pasar con el modo sustituído. Hay mujeres que no responden bien a la medicación y el endometrio no crece más allá de 7mm.
El método que se elija dependerá siempre del médico. En mi caso no me dió opción a elegir, me dijo que ciclo natural directamente porque creía que iba a ser lo mejor para mí. Y yo encantada, porque cuantas menos hormonas me meta al cuerpo, menos peligro de sufrir migrañas, que ya sabéis que me llevan por el camino de la amargura.

Como os decía, todo ha ido muy bien, el endometrio ha crecido sin problemas y en el último control hace más de una semana ya estaba a 10.8mm. Según el Dr. M era un endometrio trilaminar (es importante que se vean tres rayitas blancas en la ecografía) perfecto y precioso. La ovulación también ha ido según lo esperado, el folículo dominante estaba en el ovario izquierdo y estaba listo para salir el día 13 de ciclo, como siempre. Eso fué el miérdoles pasado, día 29 de junio. Como nuestros blastos vitrificados son de seis días, ese el tiempo que hay que esperar para hacer la transferencia. Seis días que han pasado volando, porque la transferencia es hoy!!!

No sé si mis dos estrellitas han desvitrificado bien o sólo una, no me lo dirán hasta que llegue a la clínica, pero me han llamado para confirmarme que tenemos transferencia. A las cuatro de la tarde vamos a por nuestros pequeños luchadores. Ojalá esta vez sea la buena, pero debo estar preparada para que tampoco lo sea, para seguir luchando todo lo que haga falta.

Sin embargo de momento quiero estar positiva y recibir a mis pequeñines con todo el amor y la esperanza del mundo. Además esta vez nos los vamos a llevar de vacaciones. Hemos decidido pasar la betaespera cambiando de aires así que mañana mismo nos vamos los cuatro a Portugal. Serán sólo ocho días, pero creo que nos va a venir bien. A la vuelta de las "betavacaciones" os cuento qué tal ha ido la espera y cómo ha acabado. Hasta entonces...


¡MUCHAS GRACIAS POR ESTAR AHÍ Y MUCHA FUERZA PARA TODAS!



jueves, 16 de junio de 2016

Otra beta negativa

Hace casi una semana que escribí esta entrada. Hoy es 22 de junio y han pasado seis días del negativo que más me ha dolido. Esto fué lo que escribí tras saber el resultado de la beta:


Una vez más negativo. Ni con buenos embriones lo conseguimos. Entenderéis que hoy no tengo fuerzas para escribir. Sólo quería que lo supierais. Esta vez tampoco lo hemos  conseguido. Y estamos destrozados. Más adelante, cuando tenga fuerzas editaré esta entrada y os contaré mejor todo. Muchas gracias por estar ahí. Os llevo en mi roto corazón.


Después de varios días de bajón y de intentar asimilar lo que había pasado, creo que puedo decir que estoy mejor. Tengo más fuerzas que hace seis días, y más ganas de volver a pelear también. El golpe esta vez ha sido duro, muy duro, y el jueves pasado fue uno de los peores días de mi vida, y mira que he tenido días malos malísimos en los últimos 28 meses... Pues este pasado 16 de junio se llevó la palma, vaya que sí!

La betaespera sólo duró 9 días, un alivio en comparación con las dos semanas de espera a las que me tenían acostumbrada en la SS. Pero esta vez teníamos blastos de 5 días. 9+5 = 14, es decir que el análisis de sangre sería dos semanas después de la punción, y por tanto ovulación, suficiente para detectar un embarazo. Pero no lo hubo, eso ya lo sabéis, y lo cierto es que una parte de mí se lo temía...

Esta betaespera ha sido igual al resto, igual. Los primeros días unos pocos pinchazos en los ovarios, después dolores como de regla leves, luego los odiosos calambres o tirones, que parece que los ovarios se van a salir de su sitio, y después, a dos días para la beta, NADA. Una vez más desaparecieron todos los síntomas y yo empecé a desanimarme. Lo único que me hacía sentir que podía ser positivo era que durante cuatro mañanas seguidas, hasta el día de la beta, tuve náuseas. Empezaba a desayunar y me daban unas arcadas tremendas, parecía que iba a vomitar, pero no, al final se pasaba.

Y digo yo...

¿PERO QUÉ MIERDA ES ÉSTA? ¡JODER!

Osea... quiero decir... ¿De verdad tengo que sentir náuseas? ¿En serio? ¿Por qué? Y una vez más sólo se me ocurre una respuesta: es la progesterona. Y si no es eso serán los nervios, o las ganas de ser madre, o que a estas alturas estoy loca ya... yo que sé... Sólo sé que no es justo, no es nada justo sentirse así si al final el resultado va a ser negativo.

Viví nueve días pensando que mis dos estrellitas valientes estaban conmigo, sobre todo al principio los sentía dentro de mí. A medida que se acercaba la beta, mis miedos iban en aumento, pero quise mantener el optimismo por si eso pudiera ayudar. Sin embargo, por lo visto no hay nada que nosotras podamos hacer, una vez están dentro nuestro, por paradójico que parezca, la naturaleza es caprichosa y puede decidir no regalarte el milagro de la vida.

Hable con el Dr. M el día después de la beta y sólo con su llamada consiguió levantarme el ánimo y hacer que quisiera volver a luchar. Él me dijo que no había nada que le hiciera sospechar que tuviéramos ningún problema, más allá de lo que ya sabemos. Cree que simplemente ha sido mala suerte, estadística pura y dura, y que debemos volver a intentarlo con los vitrificados. Me contó cosas que yo ya sabía, pero que no quería saber, como que tras la estimulación el útero tiene contracciones que pueden perjudicar la implantación, que la comunicación entre endometrio y embriones puede no ser la adecuada por el exceso de hormonas, y que aunque hay mujeres que se quedan en el primer ciclo justo después de la estimulación, hay otras que necesitan que todo sea "lo más natural posible"

Y como yo puedo ser una de esas mujeres, hemos decidido que la siguiente transferencia será en ciclo natural. Nada de medicación para que crezca el endometrio. Irá aumentando de forma natural, ovularé (sí que me voy a tener que pinchar Ovitrelle para controlar que día ovulo y saber así el momento óptimo de transferencia) y una semana después me transferirán los dos pequeñines que vitrificaron. Eso será en menos de dos semanas según mis cálculos. Hemos decidido hacerlo en este ciclo, primero porque estaremos ya de vacaciones y sin compromisos laborales esperamos llevarlo mejor; y segundo porque así no estamos un mes o dos haciendo castillos en el aire. Con este golpe reciente, tendremos los pies más en la tierra. 

Además, si sale negativo (cosa que puede pasar) entonces tendríamos que hacernos más pruebas. El Dr. M me ha dejado muy claro que no lo ve necesario ahora, que no cree que pueda tener ningún fallo de implantación ni nada, aunque si esta vez tampoco sale bien, hemos quedado en que me harán pruebas de trombofilias y el famoso test ERA para analizar las células de mi endometrio. Pero de eso ya os hablaré llegado el caso, que todavía puede que no sea necesario. La esperanza, nosotras lo sabemos bien, es lo último que se pierde...


!!!VOLVEMOS A LA CARGA!!!





jueves, 9 de junio de 2016

48 horas de nervios, una transferencia y sentir la paz

La última vez que escribí en el blog tenía cuatro embriones, uno precioso (un A de libro) y los otros tres más rezagadillos. Ya os conté que aconsejados por la embrióloga decidimos llevarlos a todos a blastocisto porque eso supone más garantías de implantación. No todos los embriones llegan a día cinco, pero los que llegan, son unos campeones. Llegar a estado de blastocisto supone haber dado un paso importante, es una dura selección natural. Tener blastos significa más posibilidades de embarazo, aunque, como siempre, nada te lo garantiza.

Cuando colgué el teléfono el domingo después de hablar con la embrióloga, me temblaba todo. Se me iba a salir el corazón por la boca y todos mis miedos se multiplicaron por mil, como mínimo... Estaba contenta por saber que teníamos un embrión de calidad óptima, pero temía que no superara la prueba a la que le íbamos a someter, y temía también por sus hermanitos. Decidimos salir a dar una vuelta y tomar algo para relajarnos, brindar por nuestros pequeños luchadores y confiar en que esta vez iba a salir bien. Y así pasó el domingo.

El lunes no esperaba ninguna llamada del laboratorio,así que me levanté tranquila, no esparaba noticias, no podía hacer nada, sólo seguir confiando. Pero los nervios de los últimos días tenían que salir por algún lado... y lo hicieron, en forma de migraña. Nada más levantarme, sin tiempo para desayunar siquiera, empecé a ver mal por el ojo derecho, la primera señal de que me va a dar un ataque de migraña, y enseguida empezaron las naúseas y el dolor de cabeza. Me fuí a la cama seguido y pasé la mañana y parte de la tarde en mi habitación. La parte buena es que con el dolor agudo que me taladraba la cabeza, los vómitos y el malestar general, pues no tuve mucho tiempo de pensar en lo que estaría pasando a 30 kilómetros de mi casa, en el laboratorio de la clínica.

Y llegó el día previsto para la transferencia. Martes 7 de Junio. A las 17.30 me habían programado la cita. Si no me llamaban debíamos estar en la clínica a las 17.00, si me llamaban, malo... Así que os podéis imaginar como fué mi mañana. Desde que me desperté a eso de las nueve hasta más o menos las tres y media no me despegué ni un minuto de mi móvil. Nunca había deseado tanto que no sonara mi teléfono. Me pasé todo el tiempo hablando con mis chicas de la #infertilpandy que me dieron muchos ánimos y me entretuvieron. Pasaban las horas, y no llamaban. Mis nervios iban en aumento, mi esperanza también, y el nudo que tenía en el estómago era digno del más experto marinero a esas alturas. Sólo sonó el teléfono una vez en toda la mañana, y era mi madre...que nada más cogerle me pidió perdón por el susto que, imaginaba, me había llevado al oír el tono. Susto no, le dije, un poco más y me da un infarto!

Cuando faltaban dos horas para la transferencia, y sin llamadas a la vista, decidí lanzar las campanas al vuelo. ¡Ya era hora de celebrarlo! Teníamos transferencia, siiiii!!!! No sabíamos de cuántos, pero estaba claro que alguno de nuestros pequeños al menos había llegado a blasto. Me preparé, me ilusioné, me relajé un poco, y junto con medianaranja puse rumbo a la clínica.

A las 17.15 nos pasaron a una habitación, me preguntaron si tenía ganas de orinar y les dije que no, pero que en poco tiempo seguro que sí, ya nos vamos conociendo... Los dos nos pusimos la ropa de quirófano y nos sentamos en la cama a esperar que nos llamaran. Como no me venían las ganas de ir al baño, decidí beberme otra botella de medio litro de agua casi entera, que no fuera porque mi vejiga no daba la talla! Y seguimos esperando, mientras imaginábamos qué nos dirían y nos animábamos pensando que esta podía ser la buena.

A las 17.45 entró el Dr. M por la puerta con su uniforme azul de quirófano, su sonrisa, y nuestro informe. Ahí estaba la información que llevaba 48 horas esperando. No me acuerdo muy bien de los minutos que siguieron porque estaba super nerviosa, pero sé que dijo que nos iban a transferir dos blastos con muy buena pinta. Sus palabras me llenaron de paz y felicidad. ¿Dos blastos? ¿Me iban a hacer transferencia de dos? ¿A mí? ¿A la misma que hace cuatro meses en la SS le dijeron que había generado embriones de mala calidad porque ninguno, a excepción de uno con pronóstico regular, había llegado a día +2? Pues sí, a mí. Y no dos blastos cualesquiera, no. 

El Dr. M no hacía más que decir que teníamos dos BE, y yo que no entendía nada, ni medianaranja claro... Le pregunté: "¿Y eso es bueno? ¿Significa que son de calidad B?". Él me explico que lo de las calidades A, B, C o D era para los embriones de hasta tres días, que luego eso ya no servía. Me habló de BT (blasto temprano), BC (blasto cavitado), BE (blasto expandido), BHi (blasto iniciando eclosión) y BH (blasto eclosionado). Todos los blastos son unos campeones, pero los mejores son los tres últimos, porque están a puntito de iniciar implantación, y ese es el momento idóneo para transferirlos, el momento en el que de forma natural llegarían al endometrio.

Así que teníamos dos blastos expandidos para nosotros. Los otros dos nos dijo que estaban en observación porque iban mas lentos. Que los dejarían hasta el día siguiente y nos informarían de si habían podido vitrificar. Eran muy buenas noticias, y yo estaba en una nube. Y montada en esa nube recorrí el camino hacia el quirófano. Ya no estaba nerviosa, estaba deseando tenerlos dentro, conmigo por fin. Deseaba que sintieran mi calor. Estaba tan emocionada que hasta el momento potro y espéculo me parecieron mágicos. No sentí nada. Ví cómo introducían una cánula por mi vagina y la vi llegar hasta mi útero, a la altura de mi endometrio. En otro monitor apareció de repente mi nombre y la imagen de mis dos chiquitines. Los ví y me enamoré. Ahí estaban, esperando estar con su amatxu

Una enfermera entró por la puerta del quirófano con otra cánula y diciendo mi nombre. Se supone que tenía que confirmar que era yo, pero estaba embobada mirando los monitores. El Dr. M me dijo "¿eres tú, no?" y yo "¡si, si!". Y de repente, magia, un haz de luz blanca en mi útero. Ya estaban conmigo. Y me sentí en paz. Sentí que esta vez, por fin, tengo motivos para creer que es posible. Soy consciente de que el embarazo nunca está garantizado, pero esta vez al menos, hemos empezado bien, y eso aumenta las posibilidades de acabar bien también.

Yo por mi parte me siento embarazada desde hace dos días. Estoy haciendo vida normal, voy a trabajar, a hacer la compra, a dar paseos, y cada dos por tres me acuerdo de ellos. Me toco la barriguita y pienso en qué estarán haciendo ahí dentro. Pienso mucho en ellos, y también en sus dos hermanitos. No os he dicho, pero ayer llamaron del laboratorio y los han podido vitrificar.¡También han llegado a blasto! Son un BE y un BHi de seis días. Les ha costado un poquito más, pero está claro que son unos campeones. 

Pues así, llena de felicidad afronto esta betaespera, la séptima ya, la segunda de una FIV-ICSI. Pero por primera vez creo que esta betaespera la voy a pasar en paz. Con nervios, por supuesto, pero sabiendo que sí podemos llegar hasta aquí, que nuestros embriones no son de mala calidad y que si hace falta, volveremos a luchar.

Ahora sólo me queda esperar hasta el 16 de Junio. ¡Sí! habéis leído bien, falta sólo una semana para mi beta!!! Llevo dos días de espera y de momento lo llevo bastante bien, con los típicos dolores de regla que provoca la progesterona, pero por lo demás bien. Espero seguir así y llegar fuerte al jueves de la semana que viene.


                                              ¡MIL BESOS MIS GUERRERAS!


domingo, 5 de junio de 2016

Si me queréis... Cruzarlo todo!!!

¡Ya estoy de vuelta por aquí! Quizá me he hecho de rogar un poco, pero esta vez tenía que hacerlo así, necesitaba tener suficiente información para contárosla de golpe, no en pequeñas pildoritas, y hoy tengo mucha información.

Como sabéis, el jueves fue mi punción, mi segunda punción, que fue más o menos como la primera en cuanto a sensaciones porque fue con sedación y no me enteré de nada hasta que me llevaron de vuelta a la habitación. Llegué a eso de las 11.30 a la clínica, nos dieron una habitación, me puse el camisón y las zapatillas que tenía encima de la cama y esperé hasta que vinieron a buscarme. No os voy a engañar, era la segunda vez pero estaba nerviosa. Quizá un poco menos que la primera vez por aquello de que empiezas a conocerte el percal, aún así nervios había. Me ayudaron a subirme al potro, me colocaron cómodamente (bueno, todo lo cómoda que se puede estar en esa posición, ejem...) y me pusieron una vía. Eso fué lo que más me dolió, más que la primera vez de hecho (minipunto para la SS!). Enseguida la anestesista me dijo que empezaba a inyectarme la sedación y que iba a sentir como que me ardía la cara y la garganta. Yo sentí como un golpe de calor en el pecho, me sorprendió esa sensación y me hizo sacudirme. No era dolor, sólo como una sacudida de calor que me pilló por sorpresa. Acto seguido sentí esa ola de calor en la cara y la lámpara de quirófano empezó a moverse a un lado y a otro como por arte de magia. Mi visión empezaba a ser borrosa y recuerdo que lo último que dije, además de "menudo viaje", fue una vez más los nombres con los que llevamos soñando ya 2 años y 4 meses:

H & B

Y a partir de ahí pues todo más o menos igual. Sales de quirófano con un cuelgue más que considerable, tu marido y tu madre se ríen de tí a la cara porque dices cosas la mar de graciosas, desayunas, y en unas dos horitas estas en casa con un poco de dolor de ovarios, pero nada que no arregle un paracetamol y un poco de reposo. El balance de la punción fue bueno, me sacaron 13 ovocitos en total, dos menos que la otra vez que fueron 15, pero esta vez íbamos a por la calidad así que tampoco nos importaba tanto. Al día siguiente quedaron en llamarme para informarme de cuántos habían fecundado.

Amanecí el viernes más o menos tranquila pero a medida que pasaba la mañana los nervios se apoderaban de mí. No me separé ni un segundo del móvil, decidí leer un poco para estar entretenida, pero no me concentraba, no hacía más que imaginar lo que me iban a decir y tenía un miedo inmenso a la primera criba. A las once pasadas sonó mi móvil. Era el número de la clínica, ese número que ya he memorizado y que cada vez que lo veo hace que me dé un vuelco el corazón. Una voz al otro lado me preguntó qué tal estaba, yo le dije rápidamente que bien, que cada vez con menos molestias, quería que fuera al grano porque se me iban a salir las tripas por la boca de los nervios. La mujer que me hablaba insistía e insistía para comprobar que no tenía ningún síntoma, ni naúseas, ni dolor agudo, ni blablabla... Por favor!!! yo sólo quiero que me digas cuantos de mis óvulos han fecundado. Y después de unos minutos, o segundos no lo sé porque se me hicieron eternos, lo dijo: habían fecundado cuatro óvulos. De los trece que me sacaron sólo siete eran maduros y de esos siete, cuatro habían fecundado correctamente. Esas fueron sus palabras, que cayeron como un jarro de agua fría sobre mi cuerpecito infértil. Ya había empezado la criba, de 13 a 7 y de 7 a 4. ¿Y después que?

Pues para saber lo que vendría después tenía que esperar hasta el domingo, osea hoy. Las 48 horas del viernes hasta la llamada de hoy han sido horribles, no sabía que podía estar tan nerviosa por una llamada. He tenido hasta pesadillas ¡qué horror! La betaespera es mala, pero esto... es otro sinvivir más a añadir en nuestra lista. 

Esta mañana a las  7.15 ya estaba despierta con los ojos como platos, igual que un búho. He intentado dormirme, pero ha sido imposible. Al final me he levantado, y medianaranja también porque creo que le he puesto nervioso, y he desayunado lenta y tranquilamente, o algo... porque estar tranquila estos días no está siendo lo mío. Menos mal que esta vez me han llamado antes, a las 10.15 ha sonado el teléfono. Otra vez el número de la clínica. Medianaranja estaba en la otra punta de la casa y yo sólo he acertado a gritarle "¡son elloooos!". He cogido, la embrióloga muy amablemente se ha presentado y me ha dado el parte. A saber: los cuatro embriones siguen adelante a día +3. Uno es un embrión que han definido como perfecto, 8 células y calidad A (la verdad es que nunca soñé con un A), los otros tres van más lentos, tienen 5 y 6 células y no me han querido hablar de calidades pero entiendo que son más reguleros

Después de recibir la información ha venido el dilema. Tenía que decidir si los llevaba a día +5, a estado de blastocisto que da más garantías, o hacíamos la transferencia hoy. La embrióloga me ha explicado que si la hacíamos hoy sólo me podían transferir el embrión de calidad A, el resto no eran transferibles a día de hoy. Me ha dicho que los tres que van más rezagados es posible que se animen en las próximas horas y alguno llegue a blasto, de esa forma tendría transferencia de dos embriones a día +5 el martes. Mi primer pensamiento cuando me ha dicho que teníamos uno A ha sido ir a la clínica y llevármelo a casa, lo quería conmigo ya. Tenía, y tengo, miedo de perderlo, era algo que no esperaba conseguir la verdad. Sin embargo, la embrióloga me ha dicho que ese pequeño campeón tiene todo a su favor para convertirse un precioso blasto. Por supuesto no me lo asegura al 100%, porque en esto nada es del todo seguro, pero ella tenía claro que si no llega a día +5, es porque tampoco iba a llegar en mi útero.

Le he pedido 10 minutos para hablar con medianaranja y en cuanto he colgado su cara me lo ha dicho todo. Teníamos que ser fuertes y esperar. Porque si ese campeón se para podremos saber el por qué, nos dará información, además de un dolor que ahora mismo ya sólo de pensarlo me encoge el corazón. Pensándolo fríamente, tenemos cuatro embriones luchando por nosotros, y están en las mejores manos. Hemos llegado más lejos que nunca, y ahora sólo tenemos que esperar un poco más

He llamado a la embrióloga para comunicarle nuestra decisión y me ha dicho que era lo correcto, lo mejor que podíamos hacer. Con el pulso acelerado y todo el cuerpo temblando he colgado el teléfono. Medianaranja y yo nos hemos abrazado y nos hemos animado pensando que hacíamos bien, pero yo no he podido evitar llorar. De emoción, de pena, de rabia, de alegría, de miedo... de todo eso y mucho más junto. Porque aunque sea la decisión correcta, no puedo dejar de pensar en ese pequeñín al que podríamos haber traído a casa hoy. Llevo todo el día pensando en él, y en sus hermanitos luchadores, sé que pelearán para llegar al martes. 

"Aguantad un poco más pequeñines, en menos de 48 horas iremos a por vosotros"

Por eso esta entrada la he titulado así. Como dijo una vez la gran Lola Flores (bueno no lo dijo exactamente así, pero ella entenderá que cambie un poco el final...)

Si me queréis... ¡Cruzarlo todo!   

 

miércoles, 1 de junio de 2016

Habemus punción

Una vez más llego tarde y os he tenido desinformad@s varios días. Sí... lo sé... pero es que el domingo nos dieron un pequeño palo y no tuve fuerzas para escribir. Que diréis, joe, un palo más un palo menos, con todos los que lleva ya esta mujer...tampoco será para tanto no? Pues no debería, pero a mi cada piedra en la mochila me hunde un poquito más. Y eso es lo que me pasó el domingo.

Las que me seguís por Twitter ya sabéis como ha sido la cosa, lo conté nada más salir de la consulta, pero a las que me leéis por aquí os debo un post y más de una explicación.

Más o menos con esa cara de felicidad me planté en la clínica el domingo para hacerme el que sería mi segundo control. Ya sabéis que estaba en una nube después de que en el primero el Dr. M contabilizará 14 folículos. 14 posibles óvulos! Guauuu!!! La verdad es que eran muy buenas noticias y di por hecho que todo el rollo de la mejora de antrales, los dos meses de dopping hormonal, habían merecido la pena. Hasta que me senté en el potro.

Ese día el Dr. M no estaba. Pequeña decepción para empezar, bueno, era domingo, el hombre también se merecerá un descanso, no? Pero la verdad es que en sus manos me siento segura, no sé me da confianza, y es muy suave y delicado. Uy como ha sonado eso... En fin, que me lío, no es que me haya enamorado de mi ginecólogo e? Es sólo que siento que con él sí puedo conseguirlo. A lo que iba, que aquel día me atendió una doctora algo seca y bastante menos delicada con el ecógrafo que el Dr. M. Empezó a contar y quedó claro que el ovario izquierdo había hecho los deberes y el derecho no. Además, en vez de 14 folículos, sólo vió 9, de los cuales 8 parecían buenos.

Podeís imaginaros cómo salí de la consulta. Ocho óvulos eran los mismos que en mi FIV anterior en la SS. Sólo me quedaba pensar que la calidad iba a marcar la diferencia, pero en ese momento me vine bastante abajo. Algunas estaréis pensando que no sé valorar lo que tengo, que soy una egoísta... y lo entiendo, porque hay parejas que van a punción con cuatro óvulos. Pero es que yo tengo tanto miedo a que los míos no tengan la calidad suficiente, que cuando oí que había 14 posibles ovocitos, sólo podía pensar en que cuanto más alta fuese la cifra, más posibilidades de que alguno fuera el bueno. Con nuestro currículum infértil y un sólo embrion de calidad C conseguido hasta ahora... mis miedos se dispararon el domingo.

Tuve que esperar 48 horas para volver a la clínica y poder hablar con el Dr. M. Sería el tercer control y si todo iba bien, el último antes de la punción. Nada más entrar en su consulta nos recibió como siempre con una sonrisa, un apretón de manos a cada uno y su ya habitual "¿Qué tal? ¿Cómo vas?". Y a mí sólo me salió un "Pfffff... no sé... tú dirás... porque el domingo salimos de aquí un poco desanimados". Una de las cosas que me gusta del Dr. M es que nunca pierde la calma, ni la amabilidad. Nos explicó con mucho cariño que él en el primer control siempre contabiliza todos los folículos. TODOS los que son potencialmente buenos, pero nos dijo que en ese primer control es muy difícil saber si todos van a seguir adelante y que en el camino, durante la estimulación, puede haber algunos folículos que se "pierdan" porque son otros los que avanzan.

Pues parece que eso es lo que nos ha pasado. Finalmente iremos a punción, en principio, con nueve folículos. Nueve posibles óvulos, aunque podrían ser más porque hasta la punción no hay nada dicho. Ya se verá. Quiero estar optimista y pensar que entre esos nueve que están seguro, hay uno, o dos, quién sabe si tres, que tendrán la calidad suficiente para fecundar y darnos embrioncitos sanos y viables. De momento, hay algunas cosas que me hacen creer que puede ser así:

1.- Han sido 11 días de estimulación, no 14 como en la FIV de la SS. Dicen que si los óvulos maduran con menos medicación son de mejor calidad.
2.- Tengo unos tres folículos de entre 20-23 mm. La otra vez en el último control no tenía ninguno tan grande creo. El resto son de 19 y alguno de 16 que pegará el estirón antes de la punción.
3.- Estoy en las manos de un buen profesional, que trabaja con un buen equipo y unos laboratorios pioneros.

¿Qué mas se puede pedir? Pues poco más. Estamos en buenas manos, y a esas expertas manos sólo me queda pedirles que me traigan mi positivo.

Deseadme suerte para la punción!!!





Sé lo que estáis pensando... "Pero si no ha dicho cuándo es la fecha de su punción!?!" Jejejeje... era para haceros leer hasta el final. La fecha es... MAÑANA. 2 de Junio a las 12.00. Espero poder contaros pronto cómo ha ido!

miércoles, 25 de mayo de 2016

Segunda FIV: Primer control

Hola a tod@s!!! Siento no haberme pasado por aquí antes pero es que últimamente encontrar tiempo para escribir en el blog está siendo como aquello de la aguja en el pajar... En fin, que vivo en un bucle de trabajo, médicos, dormir y vuelta a empezar otra vez... no me da la vida!!! Pero bueno, aunque tarde, aquí estoy de nuevo dispuesta a contaros las novedades de mi segunda FIV-ICSI.

Como os comenté, hace dos semanas  me dieron el ok para dejar los parches anticonceptivos y empezar la estimulación. Pues bien, después de una regla corta pero intensa, el viernes pasado empecé con la medicación y hoy ha sido mi primer control. Enseguida os detallo cómo está siendo la estimulación, porque ha sido diferente, de hecho con los pinchazos empecé dos días después, el domingo. Pero lo primero es lo primero! Acabo de llegar de mi primer control y puedo decir que ha ido bien. El Dr. M ha visto cuatro folículos en el ovario derecho (andaba un poco vaguete...) y 10 en el izquierdo. El más grande era de 10mm, pero había también de 8 y 9, y en el derecho estaban los más rezagadillos con alguno de 6 y 4. Así que resumiendo, tengo 14 folículos en principio, que para ser a cinco días de empezar la estimulación, pues no está nada mal oyes.

Debo deciros que he salido de la consulta aliviada. En mi primera FIV, la de enero, en el primer control sólo vieron ocho folículos y muy pequeños, la médico no hacía más que decir que me iba a costar mucho, que iba lenta... y yo me desesperaba en cada consulta la verdad. Hoy el Dr. M ha sido muy optimista, es verdad que son pequeños, pero es lo esperado. De hecho ya me ha dado una posible fecha de punción: el miércoles 1 de Junio!!! Si todo va bien en una semana a estas horas estaré recuperándome de la punción y esperando noticias de nuestros embrioncitos. No sé si esta vez serán de mejor calidad o si conseguiremos más (al menos más de uno...), pero lo que sí tengo claro es que al menos hemos empezado con mejor pie. Mis ovarios parecen mucho más receptivos y parece que no voy a necesitar tanta estimulación. Eso sí, no lo voy a decir muy alto no vaya a ser que lo gafe...

De momento tenemos que volver para un segundo control el domingo y una vez hechas la ecografía y el análisis de sangre me concretarán mejor la fecha de la punción. Por cierto, no veáis la ilusión que me ha hecho que me citen para un domingo! Parecerá una tontería, pero me da la sensación de que me atienden cuando toca, cuando mi cuerpo lo pide, no en función de un horario establecido. Conclusión: servidora está contenta, hasta nueva orden claro, como siempre...

Sobre la medicación, como algunas me habés preguntado alguna vez los detalles, voy a intentar hacer un esquema de lo que he estado tomando los últimos dos meses. Ya os he hablado en otros posts del método de mejora de folículos antrales, pero a ver si en esta entrada consigo hacerlo más visual y completo.




Como podéis ver, esto de manipular fotografías no es que sea mi fuerte, pero en fin, es lo que hay, espero que os pueda ayudar a haceros una idea de cómo han sido estos últimos dos meses para mí. La DHEA y el Seidivid los sigo tomando a día de hoy, hasta el día de la punción hay que seguir con ambos, para mejorar la calidad de los óvulos. Los anticonceptivos y el estradiol (Evopad) ya los dejé atrás, fueron en total casi siete semanas de parches (una semana de regalo como sabéis por la aparición de un cuerpo lúteo), se supone que también para conseguir más y mejores óvulos.

De la viagra he de decir que no he notado nada, ningún efecto secundario, nada de estar salida como una mona a horas poco recomendadas... jajajaja!!! Se supone que lo recetan para mejorar el riego sanguíneo en el útero. Yo me la he puesto vía vaginal, es un poco engorro la verdad porque tienes que hacer una especie de pasta e introducirla con el dedo. ¿Mi truco? la ponía en un plato pequeño con una cucharadita de agua (no más porque si no queda muy líquida), la aplastaba poco a poco con una cuchara, y la iba mezclando con el agua hasta conseguir una pasta blanquecina. A partir de ahí, la untas con el dedo índice y la vas introduciendo, como en dos o tres veces. El objetivo es que la vagina quede impregnada con la mezcla. Da la sensación de que todo se queda fuera, pero algo entra, de verdad.

En cuanto al Femara, pues tampoco he notado nada especial. Es un medicamento que recetan para las pacientes que han tenido cáncer de pecho, así que me asusté un poco cuando supe que lo tendría que tomar, pero al parecer ayuda a estimular los folículos y se toma los cinco primeros días de la estimulación.

Del resto de medicación, Gonal y Luveris, ya os hablé cuando estaba en pleno proceso de inseminaciones, así que no me voy a extender más. Si tenéis cualquier duda ya sabéis que podéis dejarme un comentario o escribirme a lorartemail@gmail.com si lo preferís. Estaré encantada de ayudaros en lo que pueda.

Prometo volver pronto para contaros las novedades. Deseadme suerte para el domingo mis guerreras!!!